Nuestra historia

A mediados del 2019, rescatamos una gatita de la calle a quien decidimos nombrar Mim.

¡Sí, como la bruja de la Espada en la Piedra!

Nuestra idea era darla en adopción en cuanto terminara su protocolo médico. Sin embargo, su estado de salud era complicado, tenía tumores por todos lados; decidimos seguir con el tratamiento veterinario y nos dieron permiso de darle hogar en la oficina donde trabajábamos. Como buen gato, una vez que Mim entró en confianza, empezó a afilarse las garras en los sillones.

¡Necesitábamos un rascador!

Pero los gastos veterinarios eran altos y deseabamos comprar algo de bajo precio pero al mismo tiempo resistente, que siendo sinceros, está imposible encontrar algo así en el mercado. Decidimos revisar si en el almacén de la empresa donde trabajábamos había algo de sobrante de cartón que  pudieramos utilizar para hacerle un rascador a doña Mim y evitar que nos corrieran de la oficina por destruir los sillones.

Encontramos justo lo que necesitábamos, muchas láminas de cartón super resistente que estaban listas para llevarse a vender al depósito de cartón. En el siguiente fin de semana que visitamos a Mim en la oficina, empezamos a cortar y pegar las láminas.

Así se veía el primer rascador que hicimos para Mim, y les queremos presumir cuánto lo disfrutaba:

      

Este rascador se convirtió en su territorio seguro dentro de la oficina, cumplía las funciones de: área de juegos, descanso, refugio, y un buen lugar para afilar sus garritas cuando necesitaba liberar estrés; en este espacio tenía permitido hacer todo lo que deseara a la hora que deseara. 

Logramos hacer varios rascadores con las láminas que encontramos en el almacén y decidimos vender algunos para cubrir parte de los gastos veterinarios. ¡Aún no teníamos pensado hacer un negocio de rascadores!

El 9 de marzo del 2020, el equipo de veterinarios que estaba atendiendo a Mim nos informó que estaba invadida de cáncer y no había más por hacer, tomamos la decisión de ayudarla a trascender pues su salud estaba empezando a deteriorarse con rapidez.

Unas semanas después, se declaró la pandemia y pensamos en que debíamos tener un proyecto de negocio para soportar las dificultades económicas que pudiéramos tener durante esta etapa. Para entonces, teníamos varios rascadores ya elaborados con las láminas que habíamos encontrado en el almacén... los empezamos a vender entre nuestros conocidos y la demanda nos empezó a superar, así fue como nació...

Antes de aventarnos a hacer una producción grande, investigamos mucho de nuestra materia prima: el cartón y el pegamento, porque nuestra idea era elaborar un producto de alta calidad, que durara meses, incluso años.

¡Y lo logramos!

Actualmente, fabricamos rascadores de uso rudo, altamente duraderos y con material 100% reciclado.

A lo largo del tiempo hemos ido afinando detalles como el diseño de los modelos que ofrecemos, la calidad de nuestra materia prima, otros productos para los amantes de los michis. Cada modelo de rascador lleva el nombre de los gatos que tenemos el equipo de RasGarritas. Las casas de cartón con rascador fueron nombradas en honor a dos de los perritos que forman parte de la familia.

¡El modelo MIM es el más vendido!